parque cero

Parques autosostenibles. Hacia el «Parque Cero»

¿Qué es un parque Cero?

Es un nuevo concepto de parques que va a estar muy presente en nuestras ciudades en el futuro. Son parques que se basan en el criterio de cero coste de mantenimiento para el ayuntamiento o la municipalidad. Una vez construidos o adaptados, son parques autofinanciables y ello les permite ser parques autosuficientes.

Principios de un Parque Cero

Este tipo de parque se basa en dos principios básicos. El primero es el de la sostenibilidad medioambiental. Para ello, toda la vegetación estará completamente adaptada el entorno, con especies locales que no requieran de grandes necesidades hídricas. Debemos de empezar a olvidarnos en muchos nuevos parques de plantaciones perfectamente alineadas, especies vegetales ordenadas por la mano del hombre por colores, tamaños y requerimientos complejos de mantenimiento y acostumbrarnos a vegetación espontánea, menos concreto y hormigón, menos intervención humana y más libertad de la naturaleza en nuestros parques.

Las praderas de césped o pasto perfecto, empezarán a ser un artículo de lujo y nos acostumbraremos de nuevo a los colores de la naturaleza en todas sus tonalidades. Veremos cómo hay plantas que se secan, otras que tardan en florecer y muchas hojas en otoño. En este tipo de parque, los jardineros no harán tareas de detalle, dejarán que la naturaleza invada la ciudad y solo mantendrán las cuestiones básicas. Veremos más robots jardineros y mobiliario más inteligente, como farolas que solo iluminan cuando detectan presencia humana, ahorrando en costes energéticos.

Vegetación más naturalizada, fomento de la biodiversidad y menos jardinería de detalle

Los parques cero son más naturales y menos artificiales, donde la naturaleza invade la ciudad.

El consumo de agua se aprovechará al máximo. Habrá zonas del parque sin riego y se fomentarán los SUD (Sistemas Urbanos de Drenaje), no solo del parque, sino de todo el entorno cercano. Cuando se producen lluvias, la mayoría de esta preciada agua cae sobre los tejados y calles de una ciudad para luego perderse por las alcantarillas. Para no desperdiciar este preciado botín, se realizaría un diseño para canalizar toda esta agua hacia las zonas verdes del Parque Cero, que se podría almacenar en un gran lago o estanque.

Para solventar el problema de las cotas, se trataría en la medida de lo posible de utilizar sistemas de bombeo con energías limpias conseguidas desde el propio parque (solar, eólica o biomasa). El diseño ideal, sería usar la propia orografía de la ciudad para que el agua llegara allí por gravedad tras una lluvia. El agua se filtraría a través de gravas, plantas acuáticas, arenas o peces, que mantendrían un mini ecosistema propio. Este almacenamiento de agua, generará un fomento de la vida silvestre y una disminución de la isla de calor que propaga la ciudad.

Sistemas de depuración del agua de lluvia naturales (gravas, plantas, decantación, aireación Etc.)

Como aportes para mejorar el sustrato vegetal de la tierra, se pondrían en marcha una recogida selectiva en el propio barrio de material compostable (restos de comida, restos vegetales de jardinería, incluyendo otros como estiércol de caballo, arenas y limos de las lagunas urbanas), que actuaría de fertilizante natural, implicando a vecinos en su obtención y disminuyendo la recogida de residuos urbanos.

El segundo pilar del parque cero es la parte económica. Para ello, habría que estudiar en detalle las posibles fuentes de ingresos que provengan de diferentes áreas, pero como líneas generales, en algunas zonas unidas a las calles principales, podrían ubicarse algunos negocios que tuvieran sinergias con el parque y que pagaran una renta para el mantenimiento del propio parque (bares, restaurantes, comercios, gimnasios, hoteles, supermercados, teatros o zonas para eventos pueden ser parte de la oferta). Estas medidas deberían de contar el visto bueno de las autoridades locales.

A veces, no es importante tener un gran parque en superficie, es mejor tener un parque bien cuidado y mantenido, aunque sea más pequeño. Si en una zona verde urbana se destina una porción de ese suelo o suelos colindantes en dar servicios al parque, se generarán sinergias muy importantes.

Fomento de bares, restaurantes en entornos naturales para socializar.

Si conseguimos que un parque urbano logre atraer a miles de visitantes a sus negocios, se incrementará el número de usuarios del propio parque, se generarán más ingresos, los propios visitantes generan más seguridad y se reduce el vandalismo o criminalidad de la zona. Además, estos negocios pagarán una renta y disminuirán la superficie a mantener, reduciendo el presupuesto del mantenimiento del parque.

La gestión cercana de estos espacios, es una pieza clave en el éxito y una parte del vecindario debe de estar involucrada en la gestión y mejora del parque a través de tejido asociativo. Posteriormente, será un lugar de convivencia, reunión, lugar de actividades sociales, como la plantación de árboles, deporte al aire libre o actividades culturales locales variadas.

Los parques cero (Parques autosotenibles), están pensados para que unos cuantos negocios paguen el mantenimiento del parque, sin costo para la municipalidad.

Para gestionar el parque, se debería contratar a empresas especializadas en el mantenimiento, pero debido a las opciones implementadas, el coste sería inferior, debido a la disminución de m2 a mantener y el nivel de detalle en la jardinería. La implicación en la gestión de entidades vecinales también disminuiría su coste. El equilibrio ideal sería que el coste del mantenimiento fuera sufragado por la renta de los alquileres. Lograr este equilibrio es complejo, ya que suele haber más trabas burocráticas y legales que comerciales.

Este tipo de parque, suele requerir de una inversión inicial para crear todas las infraestructuras (edificaciones, caminos, redes, plantaciones Etc.) y una vez terminadas, es necesario seguir invirtiendo en el mantenimiento anual. Es la planificación y diseño del parque lo que permite que posteriormente se pueda auto gestionar de manera autónoma un parque cero.

El máximo éxito lo alcanzaremos cuando el parque sea autofinanciable, si bien hay otros modelos híbridos en los que el presupuesto puede cubrirse en altos porcentajes, siendo una opción muy válida, aunque no llegue a autofinanciarse el parque completamente.

Las diferentes variantes de planificar, gestionar y evolucionar un parque cero son tantas como queramos imaginar, pero muy pronto convivirán entre nosotros este tipo de parques. Esto no implica que otros tipos de parques desaparezcan, ya que seguiremos viendo parques de todo tipo. Desde los grandes parques espectaculares, con multitud de especies vegetales, a los pockets parks o parques clásicos.

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